El otro día en un programa de radio preguntaban a la
audiencia si recordaba el primer beso.
¿Y quién no lo hace?
El mío fue nervioso y torpe, pero dio paso al segundo,
tierno y dulce y después el tercero, apasionado e intenso.
También me acuerdo de otros muchos. Me viene a la mente uno
en un concierto y otro, escondidos, en aquella reunión de amigos.
Hay quien dice que los besos son un arte y que hay que saber
darlos.
Yo pienso que no es así. Los besos se dan, y reciben, con el
corazón, el resto del cuerpo se deja llevar y disfruta, solo la mente se
desconecta.
Así que venga, a dar y recibir besos, que es una de las
mejores sensaciones que experimentamos y son gratis.
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